Stalin, personaje decisivo del siglo XX, convirtió a la Unión Soviética en una superpotencia capaz de salir victoriosa del conflicto con Hitler y de desafiar a Estados Unidos. Fue también el artífice de un terror que aniquiló a millones de personas, entre enemigos, aliados, amigos e incluso familiares. Marcado por una dura infancia, Stalin conoció la tragedia y la pérdida de los seres cercanos, lo que contribuyó, sin duda, a fraguar la personalidad del «Hombre de Acero».