En estas últimas décadas el cáncer ha ido creciendo de forma espectacular en los países «desarrollados». Su incidencia va en aumento y se calcula que una de cada tres personas, nada menos, lo padecerá a lo largo de su vida. Muchos cánceres están causados directamente por la alimentación: la basada en comida rápida y procesada, las grasas trans, los alimentos azucarados y refinados, etc. La buena noticia es que se conocen ya muchas de las sustancias que pueden inhibirlos y los alimentos que las contienen, como las frutas y verduras frescas (arándanos, granada, limón, açai, remolacha, ajos, coles...). Nunca es demasiado tarde para empezar a hacer cambios saludables y protectores que pueden retardar o detener el proceso. Una alimentación adecuada y ciertos cambios en el estilo de vida pueden frenar esta enfermedad.