Jennifer ha terminado los estudios de Empresariales y aspira a convertirse en una rica agente de bolsa. Su hermana Susan es una adolescente que sueña con ser una buena maestra. Angela, la madre de ambas, sólo espera encontrar la fórmula para que los consejos que da a sus hijas no suenen a monsergas. Por suerte, las tres cuentan con la abuela Alice, una viejecita que se dedica a coser magníficas colchas aprovechando humildes retales de vida. Nadie mejor que ella para demostrar a las muchachas cómo se construye una vida de valores sólidos y duraderos que garanticen el éxito y el bienestar. Sus palabras son simples pero calan hondo porque en ellas encontramos ese sentido común que creíamos olvidado o sepultado por las urgencias pasajeras.