Esta obra de Diógenes Laercio está escrito en estilo poco elegante, con descuidos y falta de memoria frecuentes. Su exactitud es escasa y no hay grandes críticas. Pero es un libro que siempre será válido por el tesoro de noticias antiguas que encierra, fruto de una lectura de muchos años. Aquí se expresan las vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres.