En el invierno de un año de posguerra la nieve cubre la ciudad, los lobos bajan de los montes y un niño es asesinado en el hospicio. Un espacio mítico se transforma en territorio de ficción para contarnos la historia de una ciudad que se erige en personaje vivo. Así, la novela se convierte en una fábula sobre la culta, la pérdida y el remordimiento, en eses tiempo de la posguerra española en el que no se puede hablar pero tampoco olvidar. Una de las grandes novelas corales contemporáneas, adquiere toda su dimensión gracias al esmerado trabajo de Domingo Luis Hernández, que nos contextualiza a la obra y a su autor en el marco de la literatura europea actual.