Muchos de los que hoy viven pobremente no esperan nunca mejorar de condición. Su enquistada creencia de que por más que se esfuercen no prosperarán, los mantiene en la pobreza. Esta creencia coloca su mente en actitud tan negativa, que la incapacita para discurrir y emplear los medios lícitos que los conducirían a la prosperidad. Tan sólo la mente positiva puede engendrar prosperidad. La mente negativa es infecunda, estéril, y sólo es capaz de paralizar, inhibir y detener el aflujo de los bienes que anhelamos. En nuestro interior, en la intimidad de nues tro ser, tenemos ilimitadas potencias, infinidad de recursos;pero no podremos utilizarlos hasta que seamos conscientes de este oculto poder. El camino de la prosperidad nos enseña a descubrir ese poder y nos proporciona las claves para mantener una mente positiva que nos llevará a realizar la acción necesaria para conseguir ser prósperos y felices, algo que nos corresponde por derecho propio por el mero hecho de haber nacido.