Manuel Azaña analiza con brillantez los principales acontecimientos de su tiempo: las dificultades para consolidar la democracia, el ataque a mano armada contra la República, la irresponsable actuación de Inglaterra y Francia, los hitos esenciales de la guerra, la enconada destrucción de los adversarios, el comportamiento insolidario de los nacionalistas, la necesidad de alcanzar una paz honrosa y la amargura del exilio, dialogando y, a veces, discrepando con Diego Martínez Barrio, Francisco Largo Caballero, Indalecio Prieto, Juan Negrín, José Giral, Luis Companys y otros protagonistas de la mayor tragedia de la España contemporánea. "Yo, Manuel Azaña, tomo la palabra" combina diversos géneros narrativos a través de los cuales emerge la voz del presidente de la Segunda República Española para defender la democracia y condenar el monstruoso enfrentamiento que tanto daño estaba causando a los españoles.