Li-Young Lee, poeta del silencio, creador que busca ensanchar su interioridad, muestra en El desnudo lo que Oriente da a la poesía actual: erotismo sin tocar la carne, habla sin decir palabra, luz que se abre a las más profundas reflexiones del lector. Lee no teme enfrentarse al tiempo: «En compañía, sueñas en muchos otros: / El tiempo que no tienes. / El tiempo que sobra. / Y el tiempo que toma». Es real. Toma años al poeta llegar a esta destilación del Yo, y medir qué requiere su escritura, qué de él, qué del cuerpo, qué del propio Tiempo.