Todos los humanos tienen su testigo pero la mayoría lo ignoran. Yo soy el testigo de Eva. No soy su conciencia ni nada parecido, pero la conozco mejor que nadie. La he acompañado desde pequeña y en cada momento de su vida. Sin embargo, llegado el momento de despedirnos y poner en orden sus recuerdos y emociones, tendrá que dejarlo todo atrásà ¿o quizá esto solo sea el inicio de un nuevo comienzo?