India es un país de mil doscientos millones de personas y es la «democracia» más grande del mundo, con más de 800 millones de votantes. Pero las 100 personas más ricas del país poseen activos que equivalen a una cuarta parte del Producto Interior Bruto. El resto de la población son fantasmas en un sistema más allá de su control. Millones de personas viven con menos de dos dólares al día. Cientos de miles de agricultores se suicidan cada año incapaces de hacer frente a sus deudas. Estos son sólo algunos ejemplos de los «brotes verdes» de una economía que ha corrompido a la India contemporánea.