En contra de lo que cuentan los escritos de la época, Alejandro Magno no murió en el palacio de Nabucodosor II en Babilonia, sino que consiguió escapar de las conspiraciones urdidas contra él y se retiró a una aldea de las montañas de Cachemira, junto a Roxana, hija del mismo Rey Darío, y el hijo de ambos, Alejandro IV. Diez generaciones después, Gita, descendiente directo del gran Alejandro Magno, es un joven inquieto cargado de curiosidad y deseoso de experimentar nuevas sensaciones. Todo cambia con la llegada de Saray, una embajadora andalusí que viaja por todo el mundo para aprender la cultura y ciencia de cada país y transmite las maravillas de al-Andalus, paraíso terrenal. Con su llegada, Gita se da cuenta de que tiene un legado que cumplir, uno que cambiará el mundo para siempre. El joven decide viajar desde la India hasta Córdoba. A lo largo de esta aventura visitará ciudades míticas del Oriente Medio y el mundo Mediterráneo. Gracias a su encanto, actitudes y aptitudes, forjará relaciones con poetas, guerreros, princesas, faraonas, emperatrices, califas y otros personajes legendarios de la época, quienes serán claves en su supervivencia. En la búsqueda de su legado, Gita aprenderá el verdadero significado de la lealtad, la amistad y el amor, pero también del dolor, la traición y la violencia. El legado del príncipe de Cachemira es una novela trepidante y pasional, cargada de erotismo, en la que se entremezclan hechos históricos y ficticios hasta conformar una intensa historia que despertará sentimientos, en ocasiones contrapuestos, en el lector.