Cicatrices y asfalto para describir una ciudad de autobuses y lluvia, soledad y voces perdidas en la nostalgia, en el surrealismo de la vida cotidiana. CICATRICES porque los personajes que circulan por ellos las llevan en su interior e, incluso, en su exterior en algunos casos. Cicatrices que han nacido de preguntas, búsqueda, pérdida, desencuentro, de amar al prójimo sin uno mismo. Pero la presencia de una cicatriz implica supervivencia a la herida que la causó, nos encontramos por tanto, ante personajes valientes y perseverantes, personajes que luchan, que aprenden a base de equivocarse. DE ASFALTO, porque el escenario donde se desarrollan los poemas es la ciudad, concretamente, Madrid, en un tiempo en que todo era posible (como tan bellamente ha sabido concretar Jesús Urceloy en el prólogo-carta que precede a este poemario).