La obra de Günther Anders (1902-1992) inaugura una filosofía propia para un siglo que se extiende hasta el presente. Los dos asuntos fundamentales de sus obras, la obsolescencia del ser humano en un mundo regido por las máquinas (la televisión como producción de realidad, la imagen como matriz de verdad, la vergüenza ante la perfección de aparatos cuya repetición los hace siempre nuevos, la manipulación genética como promesa de una futura felicidad) y la posibilidad de la aniquilación total de la humanidad (esbozada ya con las bombas atómicas, la planificación técnica del asesinato de miles de hombres y mujeres en los campos de exterminio nazis, o la amenaza atómica) constituyen los grandes temas de un siglo XX que se prolonga en nuestros días. Anders utilizó todos los medios a su alcance para comprender esta nueva situación del ser humano: desde la poesía hasta el ensayo crítico, desde la novela al comentario de obras artísticas, desde la elaboración filosófica hasta los diarios.