La iniciación masónica no es un camino de salvación de carácter religioso o esotérico sino un proceso de autoesclarecimiento y es compatible con cualquier fe religiosa o esotérica que no anule la libertad del individuo, así como también es compatible en el caso de la masonería liberal con el agnosticismo y el ateísmo.Un ensayo formado por diferentes artículos de una de las firmas masónicas más importantes del mundo, Javier Otaola.