Como una biografía, una hagiografía, un retrato costumbrista de la España del último siglo o una reflexión sobre el peso de la infancia. La niña santa es una historia basada en hechos reales. En 1938, en plena Guerra Civil, una mujer aún joven y ya viuda, se refugia de los bombardeos que están destruyendo su pueblo debajo de la cama, abrazada a sus cuatro hijos. La más pequeña, Consuelito, de cuatro años, se zafa de sus brazos y corre hasta la puerta, gritando despavorida. Su madre, porque eso es lo que hacen las madres, corre tras ella, seguida de los otros tres. Justo en ese momento cae una bomba en el dormitorio en el que habían estado escondidos hasta hacía pocos segundos. Se salvan por los pelos. La madre lo interpreta como un milagro y hace una promesa: vestir a su hija con el hábito de la Inmaculada Concepción hasta los 18 años. Desde entonces, en la comarca se conocerá a Consuelito como «la niña santa». La niña santa es una justificación para hablar de lo que somos y de lo que se espera de nosotros, para conocer una España temerosa y creyente y para reflexionar sobre la identidad de la mujer.