La ibera Aiunin, en su vejez la esclava Vireliata, es la voz que relatará a su hijo Aristeo su experiencia de mujer, madre y cautiva en el momento conflictivo en que Roma ha decidido no solo vencer a los cartagineses sino permanecer en Hispania. Este proceso de dominio, de ocaso de un mundo y nacimiento de otro, se dice en boca de quien nunca tuvo derecho a relatar la historia. De fondo, la ciudad iberorromana de Tutugi, en Galera, la aldea ibera de La Sabina, en Huéscar, y las ciudades amuralladas de Molata de Casa Vieja y Cerro de la Cruz, en Puebla de Don Fadrique (Helos y Burgilia en la novela), en la Bastetania granadina. Auletris es una historia de amor al hijo, al hermano y, sobre todo, a las raíces de un pueblo sometido y silenciado.