«¿Cómo deberíamos vivir?» Con esta pregunta empieza Tim Ingold, uno de los pensadores vivos más originales y radicales, su impecable alegato en favor de una materia que, dañada por la guerra y el colonialismo, y más recientemente por el hundimiento de las humanidades, parece en trance de hundirse. Sin embargo, en un planeta amenazado de una forma tan creciente como seria (lo que equivale a una igual amenaza para los miles de millones de humanos que lo habitan) la antropología, área de conocimiento que pone en común la sabiduría y experiencia de todos los hombres y que confronta las respuestas a esa primera pregunta esencial con realidades palpables, se revela como una herramienta fundamental para afrontar tantos desafíos ya inaplazables. Ingold demuestra en este libro por qué la antropología importa y nos importa a todos. «La meta de la antropología es crear una conversación en torno a la vida humana misma. Esta conversación, esta vida, no es solo acerca del mundo, sino que es el mundo. El mundo en el que todos nosotros habitamos.»