Al almirante Blas de Lezo, con solo tres mil hombres y seis navíos a su cargo, se le encomienda en 1741 la defensa de Cartagena de Indias. Frente a él se prepara el desembarco más audaz de todos los tiempos: Inglaterra ha enviado doscientas naves y casi treinta mil hombres para arrasar la ciudad. Cualquiera en su sano juicio se habría rendido de inmediato. Cualquiera excepto Lezo, Mediohombre, el estratega más genial de todos los tiempos.