Recrear momentos de la historia es una de esas quimeras hacia las que la gran pantalla nos sirve de puente, y uno de los momentos que el cine ha visitado con mayor frecuencia ha sido la edad media, período mítico por excelencia en el que se basa buena parte de las leyendas y los referentes de nuestra sociedad actual. El medievoqueda al mismo tiempo lo bastante lejos como para poder crear mundos exóticos y arcanos que nos seduzcan, y lo bastante cerca como para que nos podamos sentir identificados con él. Así, a través de intermediarios, como la literatura, desde Shakespeare hasta Walter Scott, o la pintura de historia del siglo XIX, el séptimo arte ha contribuido de forma decisiva a crear nuestro cliché de la edad media. Un mundo de oscuridad, misterio, magia y barbarie tan romántico que, aunque quizá nunca ha existido, ha habido que inventarlo.