Tras huir de las presiones policiales sufridas en la Pequeña África de Bilbao y después de su breve estancia en un pueblo del Pirineo navarro, su particular odisea lleva a Touré a la Ville Lumière, a París. La ciudad donde vivió su hija Sira y donde nuestro desharrapado personaje pretende pasar inadvertido, camuflándose entre tanto migrante de origen africano que la habita. Por primera vez desde el comienzo de su periplo, Touré vive en la abundancia. La forma de ganarse la vida en la que le ha adiestrado su compañera Yareliz lo lleva, por primera vez, a vivir sin apreturas, a enviar dinero a su familia en Burkina Faso, y a encontrar un cierto sentido al hecho de haberse embarcado en esa peligrosa empresa que es la migración. Pero, en el fondo, Touré sigue siendo la misma persona, fraternal y solidaria, que, sin proponérselo, se ve inmersa en otra peligrosa peripecia que pondrá en jaque su cómoda situación y su vida. La Ciudad de la Luz se convertirá en la de las Tinieblas para nuestro detective-vidente.