"Un viaje puede cambiar el sentir del viajero, pensó Yayó, y con ese afán, incierto al principio, comenzó su andadura con Reiji, un profesor japonés afincado en Sevilla durante largos años que quiso volver a su país por tierra, por mar y por aire." La convivencia entre personas durante una experiencia en grupo como la planteada en «De Sevilla a Tokio» no suele ser sencilla y puede pasar factura a más de un individuo. Sin embargo, a la larga, siempre suman los planeamientos diversos, las desavenencias incluidas, las diferentes opiniones sobre los paisajes, las personas y las cosas, ya sean nimias o importantes.