Este libro desafía con éxito la idea predominante según la cual el ejército alemán de la Segunda Guerra Mundial fue una fuerza de combate apolítica, profesional y que tenía poco que ver con el Partido Nacionalsocialista. La obra se centra en la titánica lucha entre Alemania y la Unión Soviética para mostrar como el salvajismo de la guerra moldeó el ejército a imagen y semejanza de Hitler. Bartov explora magistralmente cartas, diarios, informes militares y otras fuentes, mostrando como la Wehrmacht hizo suya la idea de que la guerra era en defensa de la civilización y contra la barbarie judío-bolchevique y, en definitiva, una guerra de supervivencia racial que había que combatir a cualquier precio.