La fuente de la vida, escrita originalmente en árabe en el siglo XI, conocida a través de la versión latina de Doménico Gundissalino en el siglo XII y traducida al castellano en esta edición, es con seguridad la obra más importante del poeta y filósofo hispanojudío Salomón ibn Gabirol. Con ella se convirtió en el primer autor que expuso sistemáticamente el neoplatonismo en la Europa medieval, llegando a influir enormemente en la escolástica cristiana medieval. En estos dos tomos reunidos en un mismo volumen, el autor recurre a un diálogo filosófico entre maestro y discípulo para disertar a lo largo de cinco tratados sobre la materia y la forma que constituye a todos los seres creados. La perspectiva de Ibn Gabirol es que desde las primeras a las últimas substancias, desde las más altas formas de la espiritualidad a los más bajos límites del mundo físico, todos los seres están compuestos de la misma materia, aunque su espiritualidad se reduce cuanto más cerca se encuentra a lo terrenal. Lo excepcional de su filosofía se encuentra fundamentalmente en estos preceptos.