Las conversaciones que reúne este volumen -en el que incluimos dos entrevistas inéditas hasta ahora- bien podrían sustituir con ventaja a esa autobiografía que D.H.Kahnweiler nunca llegó a redactar. Espontáneas, despiertas, próximas como un relato periodístico, cargadas de criterio y de sabiduría, las declaraciones de Kahnweiler son un valiosísimo testimonio para entender algo de lo mejor de las empresas artísticas de nuestro siglo. Kahnweiler: un sino generoso y afortunado. En 1907, apenas instalado en París, en un cortísimo periodo de tiempo este joven muchacho alemán rebosante de curiosidad había conocido, apreciado y reunido en su entorno a los pintores que identificamos con la constelación más feliz e irrepetible del arte de la vanguardia clásica. La vida de Kahnweiler será un gran gesto de lealtad a aquel encuentro determinante con los notables del arte moderno y con un término arbitrario: el cubismo. Este libro nos hace partícipes de la penetrante mirada de Kahnweiler sobre las propuestas cubistas y sus aledaños, sobre las personalidades de Picasso, Braque, Gris, Léger, sobre los compromisos de la pintura moderna, sobre los poetas Apollinaire, Max Jacob, Leiris, Reverdi, y también sobre sus contemporáneos menos entrañables. ¿Simplemente un libro de conversaciones? Sí, pero el entrevistado lo convierte en texto básico, y discretamente, nos hace aprender a leer la pintura.