La monarquía tiene un virus de origen, la designación de Juan Carlos Borbón por el dictador Franco como su sucesor. El rey Juan Carlos nunca condenó la dictadura criminal de Franco. En sus discursos juraba fidelidad al Caudillo y aceptaba "la legitimidad política surgida del 18 de julio de 1936", una dictadura que se impone después de una sublevación militar y fascista. La monarquía está blindada a nivel informativo y hay una consigna general de los poderes fácticos, que ejecutan los sucesivos gobiernos desde hace 45 años: íTodos con Felipe VI, salvemos la Corona! Avanza la exigencia de que la ciudadanía pueda decidir democráticamente en referéndum sobre la forma de Estado, monarquía o república, y todas las encuestas indican que las personas menores de 45 años están claramente por la república. Muchos ayuntamientos y comunidades autónomas comienzan a retirar calles, retratos y distinciones al rey Juan Carlos I, número que aumenta según se van conociendo nuevos casos de corrupción. Avanza también la Unidad Popular por la República con la presentación de numerosas iniciativas y la constitución de plataformas cívicas. El rey Juan Carlos I reconoce, a través de su abogado, que defrauda a Hacienda y que va a regularizar su situación fiscal desde 2014. De las comisiones, fundaciones, cuentas en el extranjero y maletines durante sus 39 años de reinado no está preocupado porque para eso está el Tribunal Supremo que declarará su inviolabilidad hasta 2014 y que, además, todo está prescrito. ¿Es esta la "Marca España" que pretenden difundir por el mundo?