La embajada de España en Roma puede considerarse en esta época, junto con la representación ante la Corte imperial, la más importante en su género por los muchos intereses que estaban en juego, tanto de carácter político como eclesiástico, de política internacional como italiana. Además, la necesidad de recurrir constantemente a Roma para gestionar problemas de naturaleza eclesiástica o mixta hacía del embajador un personaje de gran relieve y el centro de una red de clientes, contactos y competencias que se extendía por toda Europa. Este libro tiene por objeto el estudio de la embajada y de las instituciones relacionadas con ella durante la segunda mitad del siglo XVII;por ello, después del estudio de los embajadores y su ministerio, se analiza el barrio o quartiere de la embajada, la agencia de preces y las iglesias nacionales de Santiago y Montserrat, por su estrecha relación con la embajada y porque se habían convertido en el eje vertebrador de la colonia española.