Esta obra constituye un intento de comprender las instituciones. Estudia su estructura, sus componentes y cómo podemos utilizarlas para explicar los comportamientos humanos. Pero sobre todo persigue fórmulas que mejoren su rendimiento. Consciente de que la complejidad estructural y los cambios permanentes que vivimos impiden establecer una organización perfecta, la autora no duda de la necesidad de conocer mejor el funcionamiento de las instituciones como única forma para mejorarlas y lograr su robustez y sostenibilidad. Para lograr este objetivo la autora desarrolla un marco teórico (que permite estudiar las situaciones de acción y predecir los comportamientos humanos) y una gramática de las instituciones (cuyo objetivo es formalizar las reglas que regulan su funcionamiento). Los resultados obtenidos de estos estudios teóricos se ponen a prueba en la parte final del libro, comprobando su utilidad en la gestión práctica de los recursos comunales y para el desarrollo de instituciones más fiables y duraderas.