Francisco Zamora, ilustre médico y cirujano, nace en el pueblo serrano de Siles en 1929. Recopila en estos poemas un inventario de lo que le rodea y ha conformado su vida como médico, padre, marido, abuelo, de lo que ha amado y sufrido en una larga vida fructífera, un legado que quiere que pase íntegro y sincero a quienes vengan después. Pero es también, y ante todo, un humanista, que eligió la poesía como expresión de todo ese mundo interior que unas veces le desborda a borbotones y le obliga a escribir a vuelapluma en cualquier sitio, y otras lo hace con calma y serenidad, pero siempre con ingenio, y una profunda ternura. Y eso, precisamente eso, es el encanto de este poemario. El pensamiento profundo y trascendente, la intensidad emotiva y su inquietud religiosa modelan las cualidades de un poeta en su segunda juventud, ésta más sosegada que la primera, que se encuentra entre las jóvenes promesas de la lírica española.