No queda ilusión y el Circo ha desaparecido. Sólo está un viejo payaso abatido, con sus accesorios rotos por falta de uso. Pero un pequeño y gracioso personaje quizá pueda devolverle la fe. Los elementos de ayuda a la representación o los métodos de malabares y magia permiten disfrutar plenamente de una historia tierna y alegre.