El flamenco, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad desde el 20 de noviembre de 2010, no es un cante. El flamenco es un sentimiento que se canta y que se baila, la expresión más genuina de un pueblo que no necesita saber leer ni escribir para expresar sus emociones y hacerlo de una forma que calara profundamente en los corazones de quienes les escuchan. El flamenco, que hace unos años cantaba la pena negra del minero que sufría accidentes en las minas de Andalucía;o del jornalero que no cobraba el día que no podía trabajar porque llovía y era incapaz de alimentar a su prole con lo que le pagaba el señorito;el de los que volvían desde los cortijos haciendo largas filas por los caminos después de haber trabajado de sol a sol;el de la madre que perdía a su hijo por falta de atención médica que solo estaba reservada a unos cuantos y el flamenco universal, que no tiene fecha ni caducidad y trata del amor y la muerte, la traición y la importancia de la madre. Hoy, el flamenco canta con el quejío del parado que no encuentra el sustento;del que vaga de empresa en empresa con la precariedad de no saber si mañana volverá al mismo sitio o le dirán que el trabajo se ha terminado y tendrá que empezar de nuevo una larga peregrinación de empresa en empresa tener unos días de trabajo. El flamenco de hoy, es el del jornalero esclavo del PER y del abandono de los pueblos agrícolas, donde las máquinas han sustituido a los hombres, el del emigrante que después de estudiar durante años una carrera y varios másters se ve abocado dejar su país, su gente y su sentir para buscarse la vida en un lugar extraño donde el sol apenas si aparece y la frialdad de la gente aumenta su soledad. Pero el flamenco de hoy, también es la fiesta y la jarana, las ferias de nuestros pueblos, la alegría de una boda que se celebra por alborea o la llegada de una nueva vida cantándole sevillanas o al compás de bulerías. Porque el flamenco lo es todo, vida, y muerte, alegría y pena negra, soledad y compañía, amor, desamor, celos, saeta y seguiriya. De eso trata este libro y el disco que lo acompaña que magistralmente muestra en la práctica Pepa Bulnes, refrendando la teoría que cuenta el libro.La Literatura nos define, nos transforma, nos reinventa, nos pone un rostro con corazón, nos muestra un relato, un sentimiento, nos acerca al otro, a ese otro tan lejano que a menudo no comprendemos hasta que no conocemos su historia.