Martes Santo, un itinerario de fe, un nuevo recorrido cofradiero impregnado de uno de los más celestiales olores de Sevilla, el olor a azahar que cubre toda la ciudad cuando la primavera nace a la vida. Martes Santo, esplendor radiante en unas calles que comienzan a vislumbrar sus días grandes. La Calzada, la Alfalfa, el Cerro del Águila o San Lorenzo se convierten en el inmejorable reflejo de luz de un día que tiene su contraste en la oscuridad solemne de la Universidad o el barrio de Santa Cruz. Ríos de nazarenos discurriendo por los caminos de Dios... Martes Santo y Sevilla que se entrega de nuevo al Evangelio de su propia Pasión.