Arrebato es una obra inclasificable, convertida en película de culto dentro de la historia del cine español. Entroncado con el cine experimental y la vanguardia underground, constituye una rara avis en el contexto de la producción española de la transición. La aureola de vivencia, el engarce vida/cine-muerte/cine, confieren a Arrebato un cierto carácter mítico. El análisis de su complejo trabajo de planificación y montaje, su paradójica estructura temporal y su riquísimo dispositivo metafórico-asociativo conducen, sin duda, a concluir que estamos ante uno de los films más abiertos, inquietantes y vivos de la filmografía española.