Ernesto, un carpintero apasionado de los trenes, desea que su hija conozca la ciudad y, sobre todo, la estación de ferrocarril. Planifican todo con mucha ilusión y viajan en barco desde la isla en la que viven. Sus sueños se hacen realidad una mañana de invierno. La estación de madera pertenece al nivel 0, es decir, tiene una complejidad gramatical baja y emplea hasta 500 palabras.