Este libro constituye en primer lugar una reflexión sobre las formas que toma el conocimiento de lo humano, puesto que Tzvetan Todorov plantea la relación existente entre hechos y valores, verdad y ficción, interpretación y elocuencia, y a la vez examina la función del intelectual contemporáneo. Pero la obra es al mismo tiempo una puesta en práctica de la "ciencia moral y política": ¿cómo vivir la libertad en el interior de una sociedad? Si a Sócrates le gustaba describirse como un tábano pegado al lado de la ciudad, aguijoneándola sin tregua, ¿cómo imitarle hoy en día, cuando las ciencias humanas y la historia parten de un sueño totalmente distinto, tomar los hechos sin ofrecer ningún juicio, tratar de lo humano como si no fuera tal?