El retorno del señor Garrido constituye la continuación de la novela El Consorcio, del mismo autor. Los habitantes del típico edificio de clase media de Buenos Aires, que padecieron las peripecias de su administrador, ahora enfrentan problemas renovados, pero esta vez con un ingrediente adicional: la cuarentena. A las vicisitudes propias de la convivencia y organización del edificio, se suman entonces las regulaciones del gobierno complementadas con las de la nueva administración. Como en El consorcio -cuya previa lectura será fundamental para comprender cabalmente el ambiente en que se produce esta continuación-, Ricardo Manuel Rojas ha tratado de explicar en el pequeño gobierno del edificio, las consecuencias de las decisiones políticas, y cómo las modificaciones en las reglas producen sus efectos directos sobre las personas. Al mismo tiempo permitirá, desde la ficción, reflexionar sobre el modo en que los gobiernos nacionales han respondido a la pandemia. Los hechos vinculados con la pandemia y la cuarentena, por tratarse de ficción, no coinciden exactamente con los producidos en la realidad, pero se aproximan mucho. En ese mismo sentido, el final es tan incierto como el que existía en la realidad al momento en que el autor la terminó de escribir.