Muchos profesores, y casi todos los alumnos, comparten la experiencia cotidiana de no lograr enseñar o aprender música como les gustaría. La educación musical está en una profunda crisis no siempre reconocida, frente a la cual este libro defiende un cambio radical en las formas de enseñar y aprender, que permita superar el tradicional modelo de conservatorio aún vigente en muchas aulas. El libro está centrado sobre todo en la enseñanza de la música instrumental, pero sus aportaciones serán útiles para cualquier persona (ya sea profesor, estudiante, músico o investigador) interesada en mejorar la educación musical en cualquiera de los contextos, cada día más abiertos y diversos, en los que esta tiene lugar. El libro, producto de un trabajo interdisciplinar de músicos, profesores de música y psicólogos durante veinte años, propone situar el foco de la educación musical en los propios alumnos, en su actividad mental y corporal, con el objetivo de ayudarles a gestionar sus propias metas y emociones. Esa alternativa se sustenta en un nuevo marco teórico, pero, sobre todo, en numerosos ejemplos reales, concretos, de cómo llevarlo a la práctica con alumnos de diferentes edades y en distintos contextos. Este nuevo enfoque requiere cambiar también la forma en que conciben su tarea los alumnos y, especialmente, los profesores, lo que exige a su vez repensar la formación de los propios profesores de música, quienes, además de dominar el instrumento, deben ser capaces de guiar a sus alumnos en esa gestión metacognitiva de la comunicación emocional, que constituye el fin último de la música.