Libros como amigos habla de cuál es la forma de juzgar un libro infantil o juvenil y desea indicar unas pautas útiles para opinar sobre qué libros cumplen su función de ser buenas lecturas infantiles y juveniles. En él se detalla cómo es la recepción y la crítica de los libros infantiles y juveniles por parte de sus destinatarios naturales: por un lado los niños y los jóvenes, y por otro los adultos a los que se suele llamar mediadores, tanto educadores como críticos. El título está tomado de una idea básica de uno de los mejores críticos literarios del siglo XX, Wayne Booth, cuando pide que valoremos nuestras relaciones literarias de un modo semejante a cómo valoramos nuestras relaciones de amistad.