La exploración de lo que se consideraba el Nuevo Mundo multiplicó los relatos de embarcaciones y travesías;la alegoría de "todos vamos en el mismo barco" se ha reproducido a través de numerosas narrativas en nuestra moderna cultura. Muchos de esos relatos incidían en la pertenencia a una comunidad política y en las amenazas a su unidad o bienestar. A través de varios casos de estudio, este texto explora el modo en que los medios de comunicación, sobre todo el cine, han construido imágenes sobre comunidades en peligro;dicho con otras palabras, se analiza la forma en que se representan las identidades colectivas y los riesgos reales o percibidos que las acechan. La ficción nos ha servido siempre para tratar las contingencias del futuro colectivo, pero también con objeto de revisar y entender nuestro pasado. Las comunidades analizadas en las ficciones pueden vivir en melancólicos pueblos del pasado, en ciudades distópicas o en trenes de pesadilla, pero todas se enfrentan a la pérdida de su propia identidad. Como parece lógico, la modernidad de esos relatos desmiente que todos vayamos en el mismo barco, al me