Madán Golosín tiene la fea costumbre de jugar malas pasadas a los pequeños clientes de la tienda de chucherías que regenta frente al parque llano, el sitio al que acuden a diario casi todos los niños de Pomares. Matilde, Manuel y las dos Marías deciden darle un escarmiento y para ello crean una asociación secretísima, el Club de las Cuatro Emes. Mientras planean su venganza, averiguan que Madán Golosín tiene un grave problema familiar que los hará cambiar de planes para intentar ayudarla, en una aventura en la que contarán con la apática complicidad de la perrita Lulú y que los llevará a descubrir que las cosas no siempre son lo que parecen y que hay juegos a los que es mejor no jugar.