Isabel Rábago desgrana en esta novela las múltiples cadenas que anulan a las mujeres, ya sea en el fascinante mundo de las cortesanas venecianas del siglo XVI o en la política actual. Sara, asesora y amante de un reputado político de las nuevas generaciones de su partido, que aspira a presidirlo como primer paso para llegar a La Moncloa, se escapa con frecuencia del trabajo para visitar el Museo del Prado. En una exposición temporal queda fascinada por la Dama descubriendo el seno, de Domenico Tintoretto. ¿Quién es esa mujer que se muestra con tal descaro, hermosa, altiva, incomparable Los estudiosos creen que se trata de Veronica Franco, una de las «cortesanas honestas» más deseadas e influyentes de su época. Mientras la joven amante se obsesiona con Veronica, con quien se siente identificada, unas agendas que muestran la corrupción de uno de los partidos históricos del panorama español los esperan a la vuelta de su escapada a Venecia con todas las sucias armas de las cloacas del Estado. «Madre, no nacimos para ser sumisas. Somos histriónicas, altivas, soberbias, descaradas, provocadoras. Ese es nuestro poder. Soy Veronica Franco y soy, y siempre seré, la dueña de mi propio destino.»