Vaciarse de materia para llenarse de espíritu. La escultura no ocupa un espacio, sino que surge y se fundamenta en el vacío. La nada que eleva la piedra, que hace que pese hacia arriba. La habitabilidad y reunión de lo vivo con lo originario, con lo más antiguo que el propio tiempo. Las rocas que hablan y las palabras esculpidas. La propuesta estética, metafísica y vital del artista Jorge Oteiza, cuya obra abarca de las artes plásticas a la poesía, puede parecer compleja e inaccesible, pero todo va iluminándose si se tiene presente qué fue lo que la alimentó y sostuvo: lo sagrado. Fruto de un simposio coordinado por la Cátedra de Cultura Vasca de la Universidad de Navarra en el que se reunieron diversos especialistas en Oteiza, el presente libro coordinado por Gabriel Insausti desvela las distintas caras y direcciones que fue adoptando tanto su obra como su vida, y explica cómo ambas se relacionan y articulan.