Al joven poeta de veinte años, Pablo Neruda, el éxito de los " Veinte poemas de amor " no se le subió a la cabeza. Por el contrario, persistió en la búsqueda de su mejor lenguaje posible, a través de la metamorfosis que su escritura atravesó desde 1924 hasta 1926. " Emprendí la más grande salida de mí mismo: la creación, queriendo iluminar las palabras " . De este modo, el joven poeta logró concebir para su nuevo libro un diseño que incluía como vertebración temática el itinerario de un " viaje nocturno " y, como forma, un lenguaje poético de intención vanguardista basado en la ausencia de puntuación y mayúsculas y dispuesto como una cadena heterogénea, deshilvanada, de sintagmas o segmentos yuxtapuestos en asociación más o menos libre o arbitraria, no desprovista, sin embargo, de una subyacente lógica discursiva.