Alvaro de Luna (c. 1390-1453), Condestable de Castilla y Maestre de Calatrava, fue un hombre de estado, un estratega, un político de alto calibre que supo moverse en las difíciles aguas de la corte castellana en el ocaso de la Edad Media. Aunque la vida política haya eclipsado su labor como erudito y literato, Luna cuenta con un «corpus» escritural nada desestimable. En respuesta a la tradición misógina medieval, Alvaro de Luna escribe el «Libro de las virtuosas e claras mugeres», una obra en defensa de las mujeres, que quizá sea el ejemplo más importante del género en español. Una ambiciosa obra de carácter enciclopédico que contiene más de cien «exempla» de virtudes femeninas de todo tipo. En su obra, Luna intenta probar que los errores de las mujeres, si los tuvieran, no vendrían por naturaleza, sino por "costumbre", por hábito. Esta postura, totalmente contraria a la tradición misógina respecto al debate sobre la naturaleza de la mujer, es una de las ideas principales en la defensa de la mujer.