Los «benandanti», como eran denominados al Friül durante la Época Moderna los portadores de un culto a la fertilidad, se presentaban en un primer momento, en el siglo XVI, como protectores de las cosechas contra las brujas y brujos. Después, en menos de un siglo, bajo la presión de los inquisidores, inesperadamente recibieron el trato que se había reservado a sus odiados adversarios. Esta transformación tiene, probablemente, un carácter ejemplar, que permite avanzar una hipótesis general sobre el significado y el origen de la brujería popular. Tal y cómo señala el historiador Alberto Tenenti «Ginzburg pone a disposición de los estudiosos una masa de documentos que nadie había conocido antes. En un campo en que los trabajos son tan escasos, no se puede dejar de aplaudir su búsqueda y de remarcar la gran importancia de la serie archivística que él ha sacado a la luz».