Conocido en Occidente como un «noble infiel», el gran sultán Saladino llevó a las fuerzas musulmanas a la reconquista de los reinos cruzados y recuperó Jerusalén para el Islam en 1178. Esta historia delimita así el papel de Saladino en la lucha entre el Islam y la Cristiandad durante el siglo XII. Siguiendo la vida del sultán desde la creación de los estados cruzados en Palestina, pasando por su victoria sobre los «francos» y acabando con las incidencias de la Tercera Cruzada, Möhring analiza los éxitos que alcanzó Saladino en la unión de los musulmanes del Próximo Oriente, su caballerosa relación con sus enemigos europeos y la singularidad del legado de su gobierno, que se extendió más allá del mundo islámico y de su propia época. En este sentido, el libro permite seguir el proceso de la construcción del mito de Saladino en Occidente y contrastarlo con la realidad histórica.