La crianza implica grandes retos y provoca que nos sintamos inseguros a la hora de tratar a los más pequeños, quienes precisan que los acompañemos en su desarrollo con amor y respeto. Para ello, es imprescindible ser conscientes de que sus necesidades cambian. Las interacciones cotidianas son decisivas a la hora de satisfacerlas y establecer relaciones de confianza con ellos;comprendiendo su proceso natural y estando presentes en el día a día construiremos vínculos de apego seguro que les permitirán, no solo un desarrollo emocional saludable, sino que consigan lo que se propongan en el futuro.