En el contexto de la Argelia moderna, Abdelkader Alloula representa un referente para entender su historia política, pero también el conflicto lingüístico. Mención aparte merecería su aportación a la construcción de un verdadero "teatro nacional" escrito en lengua argelina. Desde la Independencia del país en 1962 y hasta el 11 de marzo de 1994, año de su asesinato, Alloula vive, exclusivamente, para y por Argelia. Su prolífica producción teatral es una clara denuncia contra las injusticias sociales que sufre el pueblo argelino. En el contexto de la Argelia actual, sacudida por las protestas (Hirak) contra el régimen establecido desde la Independencia, la figura de Alloula representa todo un ejemplo a seguir en la lucha por una sociedad más justa.