Educación como práctica de la libertad se publica en 1965, durante su exilio en Chile. Es la primera de las grandes obras de Paulo Freire en la que criticó en forma implacable las formas tradicionales de educación, convirtiéndose en uno de los principales motores de la revolución educativa en Brasil. Junto a su esposa, Elza -otra gran educadora-, elaboró un innovador (y necesario) método de alfabetización que se vinculaba a los intereses de los desamparados y que desarrolló en su ciudad natal, Recife. Este modelo se basaba en una educación construida sobre el diálogo, permitiendo a cada persona contribuir en su desarrollo personal. El autor logró que la educación abandonara su función domesticadora para convertirse en un camino hacia la libertad, cuyo objetivo primero era la toma de conciencia de las personas como individuos, para así evitar la masificación. La pedagogía de Freire podría denominarse como de la conciencia.