Con serenidad y rigor, el autor analiza las llamadas responsabilidades históricas de la Iglesia, documenta el conflicto República-Iglesia y elabora los datos y características de la persecución sin confundirla ni compararla con la represión política, que se dio tanto en la zona republicana como en la nacional. Analiza también las negociaciones entre Negrín y el Vaticano, que trataban de normalizar la situación religiosa, y ofrece una síntesis de algunos de los primeros procesos de beatificación de mártires examinados por la Santa Sede.