Para Tomás de Aquino, la filosofía es un esbozo del saber pleno, es comenzar a caminar, con una cierta prevención ante la arrogancia de la propia razón. Remontarse a la altura del ser ´significa escuchar con atención, escrutar el latido profundo de las cosas, que pasa desapercibido a la mirada trivial´. El objetivo de estas páginas es acercar al lector al nervio del discurso metafísico de Tomás de Aquino, denominado ´metafísica del ser´, que trata de descubrir en la intimidad de las cosas la huella de Dios, su dedo creador. Deja de ser así una fría introspección, para convertirse en luz radiante.